martes, 29 de septiembre de 2015

Sobre el cristal empañado y sucio de la República se cuajan amargas nuestras lágrimas. ¿Volverán las negras golondrinas a colgar sus nidos de esperanza del destartalado balcón Argentino? ¡¡Despiérta de tu letargo y desengáñate, Patria mía!!

HIPÉRBÈQUERTON

- Tributo a las Golondrinas de Gustavo Adolfo -


Oscuras en sus nidos, a colgar de tu balcón,
Volverán las golondrinas.
Y con el ala llamarán a tus cristales,
Jugando otra vez.
Pero aquellas que refrenaban el vuelo…
Esas que nuestros nombres aprendieron,
En tu hermosura y mi dicha, a contemplar…
¡Esas…No volverán!

Madreselvas tupidas, de tu jardín,
A los tapiales volverán a escalar;
Y aún más hermosas sus flores,
Otra vez abrirán a la tarde.
Pero aquellas gotas del rocío del día
Que mirábamos temblar y caer,
Como lágrimas cuajadas;
Esas… ¡No volverán!

De rodillas, como a Dios se adora,
Mudas y absortas ante su altar,
Volverán a tus oídos
Las ardientes palabras
Del Amor a sonar.
Sueño profundo
De tu corazón…
¿Despertará, tal vez?
Pero … ¡Desengáñate!,
Como te he querido Yo,

¡Así, no te querrán!


La Descarriada


A ti, que las potestades  llamaron
La argenta reina del Sur;
La de  las Provincias Unidas.
Ellos que admiraban la estela
Luminosa que tras de ti dejaba
Tu paso elegante y resuelto,
Rumbo al cercano horizonte
Del progreso cierto de tu prole,
Con tristeza hoy te contemplan,
Doblegada y deprimida,
Tan solo de harapos vestida
Por los jirones de la que fuera
Tu soberbia túnica, ahora corroída.
Al frigio gorro manchado
Por tus cabellos grasientos
De la negra corrupción
Que llegó hasta tu coronilla.
¿Qué fue del garbo de tus modos?
¿Acaso se embriagó de tinieblas
El  candil de tu intelecto?
¿Qué te hizo mudar 
de la sólida Roca 
de aquel privilegiado sitial
en que fuiste erigida
En decimonónico edén?,
Deviniste desde entonces 
a esta realidad enlodada 
que hoy te circunda,
Y en la que día a día,
Cual Venecia doliente,
Te hundes sin lograr
Nunca hacer pie
Sobre lecho alguno
De piadosa sensatez.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

¡Cuantos niños dormidos en la historia de la humanidad! ¿Abrà un mañana de Aylanes despiertos, correteando por la playa; ò por entonces solo gozarán del sol y las olas los desquiciados y los tiranos? (ISIS; Bashar Al Assad)

LA LUNA EN LA FRAGUA

 (Evocando a Federico García Lorca)

(Poema a musicalizar con “Pavane Pour Une Infante Defunte” de Maurice Ravel)

Revienta su blanco capullo
Sobre el crespón abovedado,
Conmovida de aquel infante
Que la devora mirando; 
Y rasgando su pálida túnica
Le enseña la luna sus pechos,
Sus pechos de duro estaño;
Que henchidos chorrean la fragua
De intenso perfume a nardos.

-¡Vete Luna lunita,
Que se acercan los Gitanos,
Y tallarían abanicos
Con el marfil de tus rayos!
-¡Te arrullarán mis castañuelas,
Chiquillo, al ritmo de sus pasos;
Y dormido habrán de hallarte,
Con el yunque por regazo!-


-¡Corre Luna lunita;
Que no te alcancen sus caballos!-
-¡Deja ya niño, no llores;
Que salpicas con tus lágrimas
El alba de mi tocado!-
A tambor batiente el jinete
Parece tragarse el llano,
Mientras dentro de la fragua,
El niño se está enfriando.
Ya retumba entre los olivos,
Su grave y monótono canto;
Con tañer de cacerolas
Y un crujir de carromatos.

Con el niño dormido en brazos,
Por el cielo la Luna va;
Le chista a la garza mora
Pa`que deje de graznar.
Adentro la fragua se apaga,
Ahogada en zíngaros llantos;
Se desangra en Cante Jondos
Y estertóreas guitarreadas.
¡Mortaja que vuela, vuela…!

¡El viento la está flameando!

Làgrimas De Ausencias

Siembran mis pasos
Al entrar, un eco frío,
Entre mármoles y herrajes,
Que atraviesa con hastío
Las callejas del paisaje
Triste, de esta ciudad muda,
De pétreos ángeles;
Donde, martillo y cincel,
De la muerte, el lenguaje,
Se extiende hacia sus arrabales.

Puertas sin timbres,
Todas iguales;
Las flores Secas,
Los bronces manchados,
Los cirios chorreantes,
Que la indiferencia
Parece, hace tiempo,
Haber apagado.
Cipreses obscuros
Flexionan los vértices
Al viento arrebatado.


El coro grave de su ulular
Apaga el sollozo 
De mi quebranto
En que prorrumpo al recordar
A quienes he amado tanto.
Entonces recién noto
Que citan al poeta
En su estertor
“no vayas al camposanto,
Que los sueños de amor
No mueren;
Se muda en llanto
Su forma de ave y de flor" 

jueves, 3 de septiembre de 2015

Vuelve hoy el mar Mediterráneo a convertirse en un inmenso reservorio de amargas lágrimas. ¿Conseguirán éstas oradar el corazón petrificado de una humanidad indiferente y anodina? ¡Recciona Género Humano! ¡Pestañea mil veces sobre tu ciego mirar de la realidad brutal; quizás el colirio de la misericordia venga al rescate de la luz para tus ojos!

Natividad Siglo XXI




Apenas amanece en  Bagdad el siglo XXI, y el estruendo de los coches-bomba reúne a muertos y heridos bajo los mismos escombros polvorientos. Oriente arde en violencia bajo el sometimiento del Imperio. En idéntico sojuzgamiento transcurría la alborada de aquel siglo Primero, cuando un par de peregrinos –simples cifras para otro Imperio – subían hacia Judea, a registrarse en el censo.
La joven madre Palestina sube al micro, orgullosa de su preñez explosiva. “¡Liberen a Palestina!”, se escuchó su grito previo al estallido; ¡y la preñez que mata cuando debiera dar vida!.
Preñada en otra dulce Doncella Palestina, avanza sobre un borrico la Esperanza de la Humanidad Entera, rumbo a la posada en Belén donde será rechazada, pues los suyos rechazaron la Luz, por preferir la oscuridad.
La reluciente fachada de la torre se ennegrece en tenebrosa humareda, y va el segundo avión en camino. ¡ Refulge la explosión y por miles se multiplican los moribundos y sus horribles alaridos! ¡ Son estelas mellizas de exterminio surcando el cielo neoyorquino!. Ebrio de luz estelar se rasga  el negro cielo Palestino a la presencia del cometa que  orienta a aquellos tres sabios en su búsqueda del Gran Designio. “Lo hallarán recostado en un pesebre y envuelto en pañales”, escucharon entre sueños  a las angélicas voces, los sencillos campesinos.
“ Alá lucha con nosotros “ resuena la arenga a las tropas campesinas, y marcha ya la cruel maquinaria de la guerra; la misma de ayer, hoy disfrazada de “operación justicia divina”.
El Justo y Divino llora sobre una pesebrera, pues sus hermanos hebreos le ofrendaron su inocencia, segada por la Heródica ira, que no tolera el cumplimiento de la antigua profecía. Ochenta y cinco son los muertos por el derrumbe de la Mutual Judía. Cual en trágico Belén, componen la escena varios credos: ¿musulmanes victimarios conduciendo el furgón explosivo? ; perecieron inocentes  cristianos y judíos que troncharon su existencia al brutal estallido. Aún lloran las madres argentinas a sus hijos muertos, clamando al cielo por Justicia. Y es el Justo ajusticiado quien cobija todo dolor y toda herida, junto a la Dolorosa que escolta el Santo Madero. Universal epifanía de la Gracia  revelada en una frase: “Madre, he allí a tu hijo... He allí a tu Madre”. Y el nacido en un pesebre que se muere redimiendo al mundo entero.-