martes, 6 de octubre de 2015

Hoy por hoy, hay quien decide sacar a la luz de esta brumosa primavera al esqueleto que hace tiempo esconde en su ropero. En su presumido intento por reconciliar deseo con realidad acaba por impregnarlo todo con el hedor propio de las osamentas

HIPOTESIS SOBRE TIA LEONOR




La casilla a la vera de la ruta provincial tenía el aspecto de un cacharro espacial soviético, que al haberse precipitado sobre aquel mar de tupida vegetación, no tuvo otro remedio que quedar allí enclavado, como el famoso monolito de “2001 ODISEA EN EL ESPACIO”, aunque tumbado de lado. La nave, por así llamarla, si bien poseía limitaciones propias del diseño tipo “Loft Monoambiente De Servicios Múltiples”, gozaba sin embargo, de una ùnica y clara ventaja frente a los prototipos de su especie, que se resume en cuatro palabras: cuarto de baño  aparte (de haberlo llamado baño en suite, se oiría como procazmente pretencioso). Este se encontraba iluminado por el tungsteno incandescente de una bombilla de 40 Wattios, que colgaba desnuda desde el techo. Parte de su energìa se disipaba através de una ventanilla - de esas que son características de un lugar tan especial y reservado para una vivienda – diluyèndose en la hùmeda negrura de esa noche de verano, en que las luciérnagas suspiraban fogonazos de neòn en còdigo morse, que con algo de imaginación bien pudieron traducirse en algo asì como “Yo me quiero aparear ¿Y Ud?”. Las flores del monte saturaban de sus fragancias la floresta circundante, tentando al cortejo a cuanto abejorro ansioso que se animase a revolotear sobre las abejorras busconas, procurando abejorritos. Ya a este punto tanto el lector atento como la sagàz lectora  se preguntaràn ¡¿y a que viene tanto abejorro a las flores?, y andando asì, de flores en flores, resulta que el relato se fue por las ramas! Pero nunca es tarde para retomar el hilo y volver a fijar la atención en aquel “cuarto de baño aparte”; que a los postre, se verà  como todo tiene que ver con todo. Allì alguien se contemplaba al espejo, como queriendo arrebatarle una respuesta a su propia imàgen. Lo que veìa sobre esa superficie espejada no le satisfacìa  del todo. ¿Serìa por los rizos castaños, enmarcando una frente a lo Mariquita Thompson? ¡Claro que los pòmulos filosos hacìan un simpàtico contraste con el perfil aguileño de su narìz!. Los labios, ¿no se verìan mejor con algo de colàgeno?. Fijo la mirada durante un prolongado minuto sobre el reflejo de sus propias pupilas y, al igual que  en un fondo de ojo, pudo llegar a intuir en aquellas  la profundidad del dilema que habrìa de planteàrsele. Sin mediar pausa, sintió venir desde sus entrañas la existencial pregunta, aunque la oyó como pronunciada por un extraño:
-“¿ Ser ò no Ser ?”
Todavìa le resonaba la inquitud de tal cuestiòn, cuando sacudiò la cabeza , procurando ingenuamente acomodar sus ideas con la mera ejecución fìsica del movimiento; pero el confuso torbellino que borroneaba su pensamiento no se desataba en absoluto, por el contrario, las ideas persistían atrapadas en el intrincado laberinto de su mente. Volviò a expresarse, como imprecando esta vez a la imagen del espejo, que no era otra que la suya propia.
-“¡¿ Ser ò no Ser ?!”
En un santiamén sintió como una mueca hemipléjica se apoderaba de la mitad izquierda de su rostro y en un acto reflejo de protección llevo hacia allí la palma de su mano izquierda; pero entonces la única pupila por la que podía ver se dilató de pavor al contemplar que la imagen que devolvía el espejo  no se había correspondido a este ultimo movimiento, sino que seguía allí, tiesa, observándole. Notó que ésta  empezó a mover los labios, esos labios suyos que los tenìa apretados por la incredulidad. Del  movimiento de aquellos pudo interpretar la respuesta:
-¡¡ Es mejor ser Nor, que no ser !!
Con la mano derecha, en un gesto nervioso, se acomodó los rizos castaños  que caían cual bambalinas sobre su frente a lo Mariquita Thompson. Se tranquilizó al comprobar que el gesto ahora sì era correspondido por la imagen del espejo; pero a la vez tuvo la certeza de que la experiencia anterior se trató de un mensaje del destino manifestado por  ese emisario asomado al espejo de su baño.
Reflexionó entonces a media voz: -
-“Hummm, Ser Nor que no Ser”,
-¡¡Eso !!, volvió a afirmar, sosteniendo la mirada en la suya propia que retornaba el espejo; “Mejor,  Nor”.
De un monederito sobre la repisa sacó el Rimel y se delineó los ojos, no había tiempo para depilarse las cejas; pero sin dudas que el labial “Lips On Fire” de Avon era el adecuado para sus labios en una noche como esa, en que presagiaba un pronóstico de intercambio de  fluidos corporales plenos de picos intensos. Estaba todavía en la tarea de maquillarse, cuando de repente girò sobre sì y abrió con brusquedad la puerta del cuartucho de baño, y dirigiéndose al pibe que se bolseaba sin piedad en el rincón mas obscuro del  “Loft Monoambiente De Servicios Mùltiples” le dijo en un tono de contralto:
-¡Che guachito; desde ahora en adelante, cuando me veas de noche asì arreglada, me llamàs LEO – NOR, ¡¿Entendistes?! ¡LEO-NOR!, ¡TIA LEONOR!... ¡¡Nada de Tìo Leo, ò te cago a patadas !!
Sin dejar la bolsa, el pibe hizo un gesto de “Si” con la cabeza.
Leonor volvió al cuartito de baño y luego de un momento, dijo en alta voz al mismo tono de contralto que antes:
-“Bueno, ya está, ya terminé de arreglarme.  ¡ Y vos largà ya esa porquerìa y andà a acostarte a dormir, que yo tengo que ir a la ruta a levantarme unos mangos, a ver sì me alcanza para comprarme mañana unos pantys para mis piernas”. 
Estirando su brazo belludo tomó el paquete de preservativos que estaba sobre la repisita del baño, lo metió en el monederito  y dándose vuelta, enfilo para afuera.
Al cerrar la puerta de chapa lo hizo con la  lentitud  propia de un ceremonial que acabara de inaugurarse, no obstante el quejido largo y amanerado de ésta pareció decir:

¡¡ FIIIIIIINNNNNN !!

martes, 29 de septiembre de 2015

Sobre el cristal empañado y sucio de la República se cuajan amargas nuestras lágrimas. ¿Volverán las negras golondrinas a colgar sus nidos de esperanza del destartalado balcón Argentino? ¡¡Despiérta de tu letargo y desengáñate, Patria mía!!

HIPÉRBÈQUERTON

- Tributo a las Golondrinas de Gustavo Adolfo -


Oscuras en sus nidos, a colgar de tu balcón,
Volverán las golondrinas.
Y con el ala llamarán a tus cristales,
Jugando otra vez.
Pero aquellas que refrenaban el vuelo…
Esas que nuestros nombres aprendieron,
En tu hermosura y mi dicha, a contemplar…
¡Esas…No volverán!

Madreselvas tupidas, de tu jardín,
A los tapiales volverán a escalar;
Y aún más hermosas sus flores,
Otra vez abrirán a la tarde.
Pero aquellas gotas del rocío del día
Que mirábamos temblar y caer,
Como lágrimas cuajadas;
Esas… ¡No volverán!

De rodillas, como a Dios se adora,
Mudas y absortas ante su altar,
Volverán a tus oídos
Las ardientes palabras
Del Amor a sonar.
Sueño profundo
De tu corazón…
¿Despertará, tal vez?
Pero … ¡Desengáñate!,
Como te he querido Yo,

¡Así, no te querrán!


La Descarriada


A ti, que las potestades  llamaron
La argenta reina del Sur;
La de  las Provincias Unidas.
Ellos que admiraban la estela
Luminosa que tras de ti dejaba
Tu paso elegante y resuelto,
Rumbo al cercano horizonte
Del progreso cierto de tu prole,
Con tristeza hoy te contemplan,
Doblegada y deprimida,
Tan solo de harapos vestida
Por los jirones de la que fuera
Tu soberbia túnica, ahora corroída.
Al frigio gorro manchado
Por tus cabellos grasientos
De la negra corrupción
Que llegó hasta tu coronilla.
¿Qué fue del garbo de tus modos?
¿Acaso se embriagó de tinieblas
El  candil de tu intelecto?
¿Qué te hizo mudar 
de la sólida Roca 
de aquel privilegiado sitial
en que fuiste erigida
En decimonónico edén?,
Deviniste desde entonces 
a esta realidad enlodada 
que hoy te circunda,
Y en la que día a día,
Cual Venecia doliente,
Te hundes sin lograr
Nunca hacer pie
Sobre lecho alguno
De piadosa sensatez.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

¡Cuantos niños dormidos en la historia de la humanidad! ¿Abrà un mañana de Aylanes despiertos, correteando por la playa; ò por entonces solo gozarán del sol y las olas los desquiciados y los tiranos? (ISIS; Bashar Al Assad)

LA LUNA EN LA FRAGUA

 (Evocando a Federico García Lorca)

(Poema a musicalizar con “Pavane Pour Une Infante Defunte” de Maurice Ravel)

Revienta su blanco capullo
Sobre el crespón abovedado,
Conmovida de aquel infante
Que la devora mirando; 
Y rasgando su pálida túnica
Le enseña la luna sus pechos,
Sus pechos de duro estaño;
Que henchidos chorrean la fragua
De intenso perfume a nardos.

-¡Vete Luna lunita,
Que se acercan los Gitanos,
Y tallarían abanicos
Con el marfil de tus rayos!
-¡Te arrullarán mis castañuelas,
Chiquillo, al ritmo de sus pasos;
Y dormido habrán de hallarte,
Con el yunque por regazo!-


-¡Corre Luna lunita;
Que no te alcancen sus caballos!-
-¡Deja ya niño, no llores;
Que salpicas con tus lágrimas
El alba de mi tocado!-
A tambor batiente el jinete
Parece tragarse el llano,
Mientras dentro de la fragua,
El niño se está enfriando.
Ya retumba entre los olivos,
Su grave y monótono canto;
Con tañer de cacerolas
Y un crujir de carromatos.

Con el niño dormido en brazos,
Por el cielo la Luna va;
Le chista a la garza mora
Pa`que deje de graznar.
Adentro la fragua se apaga,
Ahogada en zíngaros llantos;
Se desangra en Cante Jondos
Y estertóreas guitarreadas.
¡Mortaja que vuela, vuela…!

¡El viento la está flameando!

Làgrimas De Ausencias

Siembran mis pasos
Al entrar, un eco frío,
Entre mármoles y herrajes,
Que atraviesa con hastío
Las callejas del paisaje
Triste, de esta ciudad muda,
De pétreos ángeles;
Donde, martillo y cincel,
De la muerte, el lenguaje,
Se extiende hacia sus arrabales.

Puertas sin timbres,
Todas iguales;
Las flores Secas,
Los bronces manchados,
Los cirios chorreantes,
Que la indiferencia
Parece, hace tiempo,
Haber apagado.
Cipreses obscuros
Flexionan los vértices
Al viento arrebatado.


El coro grave de su ulular
Apaga el sollozo 
De mi quebranto
En que prorrumpo al recordar
A quienes he amado tanto.
Entonces recién noto
Que citan al poeta
En su estertor
“no vayas al camposanto,
Que los sueños de amor
No mueren;
Se muda en llanto
Su forma de ave y de flor" 

jueves, 3 de septiembre de 2015

Vuelve hoy el mar Mediterráneo a convertirse en un inmenso reservorio de amargas lágrimas. ¿Conseguirán éstas oradar el corazón petrificado de una humanidad indiferente y anodina? ¡Recciona Género Humano! ¡Pestañea mil veces sobre tu ciego mirar de la realidad brutal; quizás el colirio de la misericordia venga al rescate de la luz para tus ojos!

Natividad Siglo XXI




Apenas amanece en  Bagdad el siglo XXI, y el estruendo de los coches-bomba reúne a muertos y heridos bajo los mismos escombros polvorientos. Oriente arde en violencia bajo el sometimiento del Imperio. En idéntico sojuzgamiento transcurría la alborada de aquel siglo Primero, cuando un par de peregrinos –simples cifras para otro Imperio – subían hacia Judea, a registrarse en el censo.
La joven madre Palestina sube al micro, orgullosa de su preñez explosiva. “¡Liberen a Palestina!”, se escuchó su grito previo al estallido; ¡y la preñez que mata cuando debiera dar vida!.
Preñada en otra dulce Doncella Palestina, avanza sobre un borrico la Esperanza de la Humanidad Entera, rumbo a la posada en Belén donde será rechazada, pues los suyos rechazaron la Luz, por preferir la oscuridad.
La reluciente fachada de la torre se ennegrece en tenebrosa humareda, y va el segundo avión en camino. ¡ Refulge la explosión y por miles se multiplican los moribundos y sus horribles alaridos! ¡ Son estelas mellizas de exterminio surcando el cielo neoyorquino!. Ebrio de luz estelar se rasga  el negro cielo Palestino a la presencia del cometa que  orienta a aquellos tres sabios en su búsqueda del Gran Designio. “Lo hallarán recostado en un pesebre y envuelto en pañales”, escucharon entre sueños  a las angélicas voces, los sencillos campesinos.
“ Alá lucha con nosotros “ resuena la arenga a las tropas campesinas, y marcha ya la cruel maquinaria de la guerra; la misma de ayer, hoy disfrazada de “operación justicia divina”.
El Justo y Divino llora sobre una pesebrera, pues sus hermanos hebreos le ofrendaron su inocencia, segada por la Heródica ira, que no tolera el cumplimiento de la antigua profecía. Ochenta y cinco son los muertos por el derrumbe de la Mutual Judía. Cual en trágico Belén, componen la escena varios credos: ¿musulmanes victimarios conduciendo el furgón explosivo? ; perecieron inocentes  cristianos y judíos que troncharon su existencia al brutal estallido. Aún lloran las madres argentinas a sus hijos muertos, clamando al cielo por Justicia. Y es el Justo ajusticiado quien cobija todo dolor y toda herida, junto a la Dolorosa que escolta el Santo Madero. Universal epifanía de la Gracia  revelada en una frase: “Madre, he allí a tu hijo... He allí a tu Madre”. Y el nacido en un pesebre que se muere redimiendo al mundo entero.-


viernes, 28 de agosto de 2015

Para los registros de la Historia - al menos la occidental y critiana - el día viernes evoca a la pasión que no excluye, por cierto, a las làgrimas y los besos.

Instructivo Para Obtener Un Destilado De Lágrimas



Acerca Del Reservorio:

Lo primero y primordial será hallar un recipiente de forma cónica que resulte adecuado, para que haga las veces de un alambique. Tendrá que ser resistente a golpes fuertes y caídas, como las provocadas por catástrofes y desgracias; por todo tipo de accidentes y crueles enfermedades, como así también resistente a las excoriaciones producidas por  traiciones y abandonos.
Se preferirá al barro cocido, cobre, hierro, aluminio ò vidrio, el que sea de un material flexible, de modo tal que su capacidad pudiese expandirse, dado el caso, hasta donde fuese necesario, como para mantener en permanente equilibrio a  la entropía del  sistema.
Ubíqueselo en un sitio propicio y fíjeselo a su soporte, de tal forma que, quedando suspendido, su único vértice apunte hacia abajo, en dirección a la fuente de calor.

Acerca De La Materia Prima:

Previamente tuvo que haberse colectado en frascos lagrimales, claramente identificados, el llanto de una multitud de viudas, el de un gentío de huérfanos, el de una hueste de mártires, y el de una muchedumbre de ultrajadas y abusados; sin olvidar los llantos desgarradores de las víctimas de asesinatos, junto a los lamentos de sus familias tronchadas.
La anterior no pretende ser, de ningún modo, una lista exhaustiva; inclusive sorprenderá la facilidad con la que podrán adquirirse éstos ingredientes, en una variedad aún más extensa que la que acabamos de mencionar, dado que brotan en abundancia, especialmente de las guerras, las escaramuzas, de casi todas las revoluciones y de ciertos movimientos telúricos, durante todas las estaciones del año y en prácticamente los seis continentes del globo.

 Acerca De La Fuente De Calor:

Existen distintas categorías de llamas que pueden utilizarse,  desde las suaves, como ser  la producida por la amabilidad ò  la solidaridad, hasta la más vigorosa, formada por una combinación de Justicia como combustible y Caridad como comburente.
Deberá decidirse el tipo de fuego que habrá de utilizarse acorde a la clase de lágrimas que se vaya a destilar; verbigracia: para lágrimas de desamores resulta muy apta una flama suave y pareja, como las que brindan la contención familiar y las buenas amistades. 
Una vez que haya tomado su decisión, utilice la chispa de su compasión para encender el fuego.


Acerca Del Proceso De Destilado


 Para familiarizarse con el procedimiento, aconsejamos procesar de a un tipo de lágrimas por vez.
Debe quedar perfectamente claro a los principiantes lo inconveniente que resulta pretender destilar, de una sola vez, una mezcolanza de lágrimas de distinta procedencia. Esto requiere de una alta destreza, para no terminar concentrando los amargores, que finalmente darán como destilado una verdadera hiel de odios y resentimientos, en vez del buscado bálsamo que reconforta y cura de todo dolor y sufrimiento.
Se relata en los anales de la Alta Alquimia que tal género de arriesgado experimento, sólo pudo llevarse a cabo con éxito una vez en la Historia de la Humanidad. El Padre de los antiguos Maestros Alambiqueros contó para ello con un receptáculo excepcional, que pudo dilatarse hasta contener absolutamente todo el llanto de la raza humana. Comenzó entonces a condensarse un precioso destilado al potente calor de la Justicia y la Caridad; pero la colosal presión interna desarrollada obligó a tener que perforar, en el momento crítico, el costado mitral del extraordinario recipiente, y por esa improvisada válvula de escape supuró el más exquisito y admirable óleo curativo que jamás se haya conocido.
Ocurrió esto hace mucho tiempo, en las afueras de una vieja ciudad del Oriente, sobre un promontorio conocido con el nombre de “el cráneo”; en la época en que Herodes Antipas fue Tetrarca de Galilea.

Corolario

No obstante las dificultades que pudieran presentarse, no se debe dar cabida al desánimo, ya que por el mero hecho de proponérselo, se tienen grandes posibilidades de progresar en el dominio de este sensible arte; siempre que se lo practique con toda confianza, haciendo uso de su propio recipiente; aquel que guarda escondido dentro de su pecho.-




Disquisiciones Sobre La  Obtención Del Beso Robado



De todas las especies esquivas que habitan en cielo, mar y tierra; el beso robado es, sin dudarlo, la que requiere de mayores habilidades y sutilezas para lograr su prosecución.
Su naturaleza huidiza impide, en el caso de haber conseguido  atrapar alguno, el enarbolarlo cual orgulloso trofeo, arriesgando en esto  la reputación de quien se precie de buen cazador  para terminar embaucado por su  propia vanidad, y en tan solo breves instantes solo habrá de conservar nada más que las huellas tenaces de su paso fugaz, reconocibles por un ardor intenso en los labios acompañado del más dulces de los sabores que paladar alguno haya degustado; la visión nublada por relampagueantes fuegos de artificio, y una sensación de tener revoloteando en el estómago a un centenar de libélulas de todos los colores del arco iris.  Pero éstos síntomas descriptos no pasarán de ser el inicio de la real debacle que se le avecinará, provocada ciertamente por este verdadero Rey Anti-Midas que es el beso robado, cuya asombrosa toxina consigue convertir a los labios sobre los que se posa en eternos mendigos de nuevos besos.
Con estos antecedentes cabría hacerse la pregunta: ¿es que no es posible sorprender, de algún modo, a tan peligrosa criatura? ¡Claro que puede hacerse! Una de las formas es aproximándose con gran sigilo y en puntas de pié; muchos padres consiguen así arrebatarlos con éxito junto a las camas de sus hijos dormidos. Vale reconocer que la alta concentración de ternura en el veneno de este tipo de espécimen neutraliza sus efectos perniciosos.  No pasaría lo mismo si la ponzoña estuviese compuesta de pasión, lascivia, ò de arrebato.
De lo anterior se infiere que existen besos robados de distinta estirpe, y que resulta imprescindible el saber reconocerlos a la hora de tomar los recaudos necesarios para su captura, dado que todo cazador avezado ha de compararse a los grandes felinos, quienes previo a arrojarse sobre una presa, toman en consideración el tipo de la cual se trate y aún el territorio en el que se encuentra. Todo esto cuenta para salir airoso del desafío que se pretenda encarar.
Luego, son bien diferentes el fatigado beso que el peregrino devoto consigue alcanzar de la imagen de su virgen ò venerado santo patrono, de aquél que las hormonas pulsan a arrancar de los labios sedosos de una juvenil compañera de loca estudiantina. Quizá este último se compare con el que soñábamos arrebatar a cierta profesorcita de la  lengua inglesa, veinteañera ella cuando la adolescencia recién llamaba a nuestra puerta, que vestida para matar nos enfrentaba e insistía haciendo retumbar los adorables agudos de su voz  en aquel  aula de la Gloriosa Regional, procurando enseñarnos a conjugar el verbo To Love; a lo cual por cierto, inevitablemente respondíamos embobados “I Love You Baby” sin habernos animado nunca, por jamás de los jamases,  a darle el zarpazo certero. Es que hay determinadas cacerías que conviene reservarlas para otras temporadas.
En cuanto al entorno, éste puede ser bien diverso, como el clima; aún cuando el lugar común nos lleve a pensar en ámbitos festivos ò idílicos, es perfectamente posible que se presenten oportunidades en las antípodas de aquellos, sin que esto signifique mengua alguna al grado de osadía necesario para realizar la proeza, ni tampoco a la buena calidad de la ejemplar por conseguir. Prueba de esto es aquel último beso que se puede disputarle a la muerte, reflejada en el rostro ceniciento de un progenitor fallecido. Pero no siempre la muerte habrá de  mostrarse condescendiente al intercambio, sin reclamar nada en contra partida. ¡Reclamó más de las treinta monedas de plata con las que pagaron a Judas Iscariote el beso de su traición, y el desgraciado no tuvo más que ahorcarse por saldar semejante deuda!
A mi humilde entender, la corona de laureles al cazador de besos corresponde dársela a cierta moradora de la antigua ciudad de Betania, quien supo calibrar la impar excelencia del botín elegido, como así también evaluar con afinada  justeza al escenario de caza, para entonces ir bien pertrechada al encuentro con su víctima; identificó su Talón de Aquiles y de inmediato comenzó el despliegue de su estrategia: sus propias lágrimas para lavarle los pies; sus mismos cabellos para enjugárselos  y el perfume más costoso para refrescárselos. Recién entonces dio el atraco, cosechando un racimo copioso de besos robados. ¡Y el Rey de Reyes conmovido, dirigió aquel cortés reproche a su rico anfitrión, por no haberlo de tal modo recibido!

Para que no haya titubeos acerca de mis galardones en la materia que me han movido  a tanto pontificado: ¡Son los de mi propia conversión! Que por uno solo de esos besos quedé para siempre transformado, de cazador en casado.   

lunes, 24 de agosto de 2015

Noche aciaga la de hoy en que estalla toda la pus que desde hace años viene colectando Al Pedo, Vicho tucumano ponzoñoso como ninguno, plaga responsable de haber infectado de negra gangrena al Jardín de la República

La Insoportable Ilegalidad Del Ser





Desde lo alto del palco fijó la mirada en la muchedumbre enmarcada por banderines y guirnaldas de colores chillones. Intentó tomar aire para acentuar marcialmente el final de su arenga, cuando un tufo rancio a pólvora de cohetes baratos lo hizo carraspear.  No obstante, lanzó la frase y su voz sonó ridículamente aflautada: …”Porque sólo él, compañeros Pacotillanos, sólo él es la Ley, el Orden y el Progreso contínuo   para nuestro querido Pueblo”.
Aprovechando los aplausos giró a un costado para toser y, cuando intentó contestar con un saludo sintió que lo empujaban  a un costado de un codazo. El ya había acaparado el centro del palco. Se figuró verlo como a Baco, con la ebriedad del Poder brillando en sus ojos, una mano en alto saludando contorneante los vivas del gentío, la otra llevada a la boca con el megáfono recién arrebatado,  del que empezó a libar su verborrágico licor: ”Hermanos y Hermanas de mi Patria Chica; tal como lo acaban de escuchar de boca de nuestro insigne Juez de Paz  y fiel compañero, Don Vladimiro Charco; estoy preparado para asumir una vez más con íntegra responsabilidad mi humilde tarea de Servidor Público. Y precisamente, en agradecimiento al Pueblo de Pacotilla que quiso elegirme por dos periodos consecutivos como circunstancial Guardián y Conductor de sus Instituciones, es que presento ante Ustedes y vuestros hijos hoy, como legado, una remozada Carta Magna. Ella es fruto del esfuerzo y la abnegación personal de quien les habla. Fue el inconfundible llamado del Progreso  el que desencadenó los dolores de parto de esta necesaria y esperada reforma, que es hija de madre sabia, y por tanto no habrá de contener mas que sabiduría. ! ¡Porque sabios serán sus votos al confirmarme nuevamente como Intendente de Pacotilla! Pero quiero aventar toda sospecha, que aquel puñado de malintencionados de siempre se ha encargado de generar: ellos en verdad se dedican a denigrar nuestras Instituciones, aún cuando juren defenderlas. ¡ Me comprometo entonces hoy aquí, ante todos Uds., a someterme al veredicto infalible y milagroso de la Manifestación Sangrante de Nuestra Antigua y Honorable Constitución! . Ella terminará con toda seguridad corroborando en la tradicional ceremonia popular de toma del mando, la transparencia y legalidad del acto eleccionario que me proclamará vencedor, como así también la sincera y desinteresada voluntad con que se ha promulgado esta enmienda; la que posibilitará, junto con mi permanencia en el gobierno, una nueva era que no conocerá ocaso en crecimiento y bienestar.  !!! Por eso los convoco a apoyarme con sus votos; por el futuro de Pacotilla!!!”. Al bajar sus brazos, de inmediato saltó aquel puntero de barrio ubicado en primera fila frente al palco, como impulsado por un resorte oculto profiriendo un hondo alarido: !!! VIVA SAUL LORCA!!!... y la algarabía de la gente volvió a fundirse con las bombas de estruendo.
El persistente aroma azufrado en sus fosas nasales lo llevó a maldecir, pero la velocidad del estornudo superó a la del improperio y terminó salpicando la lustrosa superficie del escritorio. ¡ Disculpame Saúl! ... es que tengo alergia a esos cohetes de porquería. Pero volviendo al tema de nuestra charla; ¿ no te parece arriesgado,  después que conseguimos meter la reforma, tener que someternos a la prueba de la Manifestación Sangrante?
! No seas Cagón, Vladimiro!. ¿ No te das cuenta que de otra forma no se tragarán el sapo?.
Entiendo Saúl... pero ¿ y si no llegara a sangrar?.
!Terminala de una vez: va a sangrar. Me escuchas; va sangrar porque nosotros nos encargaremos de que sangre! . !¿Nosotros Saúl?! ...pe... pero ¿Có... Cómo?. 
¡ Sencillo! , Embadurnamos oportunamente las hojas de ese librejo con sangre fresca de algún animal... ¡Y problema resuelto!
! Genial Saúl, como no sangrará por las buenas, le damos una ayudita con, por ejemplo, la sangre de un cordero. ! Ahí está ! !Hagámoslo con uno de tus corderos, Saúl, para que nadie sospeche! . !! Estás en pedo, Vladimiro !!.  Ese pasquín no amerita la vida de uno solo de mis animalitos, que con tanto sacrificio he cuatrereado.  Bastará con matar al perro de esa vieja que tengo por vecina. Se la tengo jurada al muy pulguiento; vive despertándome de noche con sus aullidos.
¿ Y cuándo pensás degollar al can, Saúl?.    ¡¡ No seas irreverente!!  En primer término, dirígete a mí como Sr. Intendente. Y en segundo término, ese es un trabajito adecuado a tu rango, Vladimiro.
 Pero Saúl, yo... ¡¡ Señor Intendente, le he dicho... y no me venga con cuentos chinos!!
Y sí, pensó Vladimiro, recuerdo haber leído que en China cazan perros para comérselos, de modo que, en alguna forma, esta parte del plan que me toca acometer  es una suerte de cuento Chino. Y mientras cavilaba esto, acurrucado tras unos arbustos de aquel oscuro rincón del patio de tierra de la vieja doña Rosa, sus dedos jugaban nerviosos con el lazo que había fabricado por la tarde. Agradeció a la sordera y gastado olfato de su víctima,  que facilitarían la ingrata tarea que tenía por delante. De pronto percibió cercano un cansado jadeo. Se incorporó lenta y cuidadosamente y fijó la vista através del matorral. Entonces lo vio, sentado a unos metros delante de él; a su vez el viejo animal posó en él una piadosa mirada y por unos instantes pareció ignorarlo, hasta que  de improviso inició su concierto de aullidos.
El profundo y agudo quejido estremeció su inconsciencia, haciéndolo incorporar de golpe, como si tizones encendidos en su lecho chamuscaran su espalda. Saúl Lorca se pasó la mano por la frente sudorosa, en un intento de disipar las vívidas imágenes de aquella extraña pesadilla: una jauría de furiosos mastines, con los rostros de sus compuebleranos, persiguiéndolo a milímetros de sus talones, mientras proferían gritos que sonaban como aullidos increpándolo: !!!SAUUUUL, SAUUUUL; NOS METISTE EL PERRO SAUUUUL!!!
Fue solo un mal sueño, pensó mientras se aseaba. Sin embargo hoy es un día de Gloria, porque el triunfo estuvo de mi lado en los comicios. Y persignándose agradeció a tantos fieles difuntos que, pese a cargar con un par de metros de tierra sobre sus osamentas, no dejaron de cumplir con su deber cívico. Repasó mentalmente cada uno de los detalles de la pomposa ceremonia de la asunción de mando - incluyendo el ardid de la falsa Manifestación Sangrante - y aflojó un tanto la tensión de sus músculos al concluir que a estas horas Vladimiro debería tener todo bajo control. Y aunque la figura que le devolvía el espejo no era nada estilizada, Saúl Lorca se sintió todo un Apolo vistiendo su traje de gala. ! ¡Vamos!, Se dijo lleno de entusiasmo, ¡Concluyamos el acto triunfal de esta comedia!
Desde el arco principal de la amplia galería de la intendencia que enfrentaba a la Plaza, la perspectiva se veía magnífica: la roja alfombra ceremonial serpenteando sobre la escalinata, hasta alcanzar el podio, donde la encendida escarlata contrastaba con el negro ébano de los dos únicos objetos que lo presidían.
A la derecha,  un imponente atril con profusas tallas indígenas, sobre el cual descansaba abierto un noble libro de páginas amarillentas y prolija caligrafía. En el centro, a unos pasos de aquel, el majestuoso sillón de mando, oscuro objeto de deseo de Saúl Lorca, por representar la disposición absoluta sobre  bienes y personas. El cerrado aplauso lo volvió a esa realidad que tantas veces pobló la afiebrada caldera de su codicia. Allí estaba también Vladimiro, enfundado en una soberbia toga de amplias mangas, quien lo saludó con una nerviosa sonrisa. Él correspondió con el abrazo protocolar, aprovechando  para dirigirle aquella pregunta que lo carcomía por dentro: ¿ Tenés todo listo? . Sí, respondió Vladimiro; en el momento de los inciensos, rociaré las páginas con la sangre del bicho, la cargué diluida en un pequeño frasco lanzaperfume  que llevo oculto en mi manga.
¡Te felicito; este raro chispazo de tu ingenio ya de por sí es un milagro del viejo pasquín!, ¡Comencemos de una vez! Y encaminándose hacia el centro del podio, levantando los brazos, hablo de esta forma a la multitud:
“Amado pueblo de Pacotilla, les agradezco la confianza que han vuelto a depositar en mí. Y ahora, para completar el marco glorioso de esta verdadera Fiesta Cívica de la que todos hemos sido protagonistas, relizaremos la tradicional ceremonia de la Manifestación Sangrante de nuestra sabia y anciana Constitición; en la que habrá de corroborarse por el milagroso sangrado de las páginas de este Honorable libro - para confianza de unos y estupor de otros - lo que ya es evidente: la total transparencia del acto eleccionario que protagonizamos y, por lo tanto, la irrefutable legalidad del gobierno que represento. Solicito al celebrante, el Sr. Juez de Paz, que dé inicio al Solemne Ritual”.
Vladimiro, con las manos ocultas en sus mangas se inclinó levemente hacia adelante en un sobrio saludo que de inmediato repitió ante el pueblo. De algún sitio brotaron, en el estrindente registro de un organillo, los acordes épicos de un himno. A otro disimulado gesto de Vladimiro se aproximó el monaguillo portando el incensario, y ambos fueron a pararse frente al atril, dando la espalda a la atestada plaza. La nube perfumada desdibujó por unos instantes sus siluetas; con un rápido movimiento Vladimiro sacó el lanzaperfume de su escondite y apuntando al libro lo roció. Disipados los blancos humos, la atención de todos se centró en aquellas viejas páginas que, para sorpresa de Vladimiro y Saúl, continuaban inmaculadas. Sólo un avezado observador hubiera notado en aquel instante el parpadeo nervioso y la irritación que inflamaba las órbitas oculares de Saúl. Con un ademán seco e imperativo, ordenó a Vladimiro que se aproximara. ¡¿ Qué cuernos se cree que estás haciendo, Vladimiro ?! . ! No sé qué pasó !. Estoy seguro de haberla salpicado, pero no se distingue ni una solo gota de sangre.  !Es claro, estúpido, porque tienes la puntería de un ciego jugando al tiro al blanco! . Hazme el favor de regresar allí y repite tu parodia más de cerca ... ! y no falles esta vez !
Todavía algo aturdido, Vladimiro se dirigió hacia el atril , y luego de indicar al monaguillo, ambos se adelantaron hasta quedar a un paso del histórico documento. Reanudada la atmósfera ceremonial - organillo de por medio - los aromáticos humos volvieron a saturar la escena, y otra vez Vladimiro sacó de su manga el lanzaperfume y se concentró en mantener firme el pulso mientras rociaba. Prestó atención a quellas gastadas páginas de prolija caligrafía, viendo como los rojos lunares de sangre esparcidos sobre ellas se escurrían en irregulares estrías, que resultaban al momento misteriosamente absorbidas por el papel, sin dejar rastro alguno al tiempo que el incienso se había disipado nuevamente. En medio de su confusión mental alcanzó a comprender que algo sobrenatural estaba ocurriendo, y solo atinó a retroceder dos pasos, y girando sobre sí se encaminó hacia Saúl; que a esta altura ya le costaba horrores disimular su rabia.. Trató de hablarle, pero un nudo en su garganta cortó el paso a las palabras.
! Será posible que no pueda delegarte nada de importancia sin que te mandes una cagada ! !Ni siquiera servís para un simple trabajo manual ! . ! Saúl, es que está ocurriendo algo muy extraño!, alcanzó a balbucear.
! Mirá, inútil, no corrí hasta aquí con todos los riesgos para que un puto libro me arruine la vida, en connivencia con un imbécil como tú !. Te diré ahora exáctamente lo que vas a hacer; vas a bajar a la plaza con ese pasquín, al que tomarás por el lomo, exponiéndolo abierto a la vista de todos; y que el monaguillo te acompañe al lado hechando humo. Antes destapá el frasco con el resto de la sangre y ocultalo entre los dedos de tu mano derecha, tapándolo con el pulgar. Con esa misma mano agarrás la parte superior del lomo. Cuando estés cerca de la gente, corrés el pulgar y dejás caer la sangre sobre las páginas. ! Y cuidate de exhibirlas a todos !. ! Listo: mientras yo preparo el terreno improvisando unas palabras, vos procedé !. Y allá fué Vladimiro, cabizbajo y confundido, mientras Saúl, con el porte de un mataor al momento de la estocada final a su fiera y bufante presa, se dirigió al pueblo con voz clamante:
! Queridos compatriotas, no claudiquemos ante la prueba que este venerable documento nos propone !
Vladimiro, con torpe disimulo acomoda el frasco en su mano derecha.
¡ De otra manera estaremos entregándonos derrotados a la voluntad de unos pocos anarquistas, que pretenden desviar la marcha triunfal de la Historia de nuestro pueblo hacia el completo desquicio!
Con el libro abierto tomado por el lomo Vladimiro se encamina hacia la escalinata, al ritmo oscilante del incensario a cargo del monaguillo
¡Y para vencerlos definitivamente es preciso que demostremos hoy aquí una fe rotunda e incuestionable en este nuevo gobierno y en sus representantes !
Al descender un nuevo escalón se multiplican las gotas de sudor frío sobre la frente de Vladimiro.
¡ Para beber de esta fe es que ella se acerca a Ustedes, brindando de este modo a su pueblo fiel la milagrosa Manifestación Sangrante !

Tres escalones le restan a Vladimiro para sumergirse en la multitud, cuando el temor y la angustia somatizan en un repentino e intenso temblor sobre sus rodillas y manos, en el mismo desgraciado instante en que se decide a destapar el frasco éste escapa de sus dedos, recorriendo la hoja sin dejar mancha, para caer en el escalón contiguo, en el sitio y momento preciso en que Vladimiro apoya allí la planta del pie. Con el grotesco gesto de una marioneta a la que súbitamente le cortan los hilos, Vladimiro resbala y se rompe la nuca contra el filo de un escalón. La última imagen reflejada  en sus vidriosos ojos, ausentes ya de toda luz, es la de los Pacotillanos en tumulto, abalanzándose sobre Saúl Lorca para lincharlo.

Otro de esta tierra que se ama y se sufre...

Granaderos del Fratacho

(En memoria de todos aquellos trabajadores de la construcción argentinos, y en especial los correntinos,  que perdieron luctuosamente la vida en sus trabajos, por hacerlo bajo condiciones de alta inseguridad)

Este suceso aconteció  en una de las tantas conjunciones surrealistas del actual espacio–tiempo argentino, muy propio de esta nuestra Patria  amada, aunque dolorosamente postrada y sumergida en profundo sueño existencial; sólo ocasionalmente perturbado por brevísimos estertores de conciencia, cada vez más distanciados e imperceptibles. Al punto que muchos no llegan a advertir, en realidad, las verdaderas dimensiones del prolongado naufragio que padecemos; porque, ¡digámoslo claramente, los seres que flotan dispersos en la anomia reinante, cuando el buque de la República se viene a pique, no se llaman de otra manera que náufragos!. Y la primer condición para resultar rescatados de tamaño desastre  - ¡ATENCION! que las posibilidades màs ciertas para que tal rescate ocurra han de brotar de nosotros mismos, antes que seguir alimentando vanas esperanzas de ser salvados por algún otro – es establecer nuestra real posición, reconocer cuáles son, por así decirlo, nuestras coordenadas morales que nos identifican como comunidad, que para este caso bien pudieron haber sido: Inconciencia,   Codicia e Impunidad. Ò también podríamos ensayar con  alguna otra terna que reproduzca un sistema  ò campo de fuerzas semejante al que propició la particular contingencia  de aquel día; como ser, por ejemplo: Fatalidad, Precariedad Laboral e Imprevisión; ò sino: Desidia, Orgullo y Mediocridad…etc, etc, etc…
La escena se sitúa en un conocido barrio de la Capital Correntina caracterizado por su tradicional perfil arquitectónico de casas residenciales de una sola planta, que desde hace aproximadamente una década atrás, vio quebrarse la línea de su parejo horizonte con la erección de modernos mangrullos de hierro y cemento, en los que se ven pulular, como laboriosas hormigas que erigen su guarida, a los obreros de la construcción, subiendo y bajando, trepando y colgando, taladrando y martillando, serruchando y trasladando …en definitiva, transformando a costa de sudor y salud, aquellas torres de dados agujereados, en destacadas viviendas colectivas de propiedad horizontal.
En su asomarse de aquel Jueves 22 de Marzo del año 2012, Astro Febo va iluminando con sus rayos, en su parabólico ascenso a la histórica Ciudad ribereña. Tras las tapias de las obras, sordos ruidos ya se dejan oir de maquinarias y de aceros. Son las huestes  de obreros que preparan sus enseres y herramientas para lucharle honradamente a la vida en otra nueva jornada de trabajo. Elevada por encima de las otras  voces, gritos y metálicos sonidos, cual estridente clarín de guerra, resuena la voz del Capataz, ordenando a sus cuadrillas a poner “manos a la obra”. Allá avanzan entonces, en su marcha ascendente, estos verdaderos Granaderos del Fratacho, conquistando metro a metro en su orgullosa estatura a este pretencioso émulo de las andinas alturas, enclavado en la violada llanura del Cambà Cuá correntino.
Llega así la escuadra de escogidos a la cima, donde arremeten con la carga del hormigón fresco, buscando completar el armazón que soporta al ya instalado tanque de agua. Y he aquí el punto de inflexión en la épica de esta penosa gesta, donde su lírica muta  de las glorias de San Lorenzo  al caótico y fatal desbande de Cancha Rayada. Agazapada en la cumbre, la imprevisión, el error de cálculo y el exceso de confianza desatan la avalancha; apenas preanunciada por un creciente crujir  de estructuras, que se inicia en sutil murmullo y en pocos segundos… ¡estalla en el fogonazo del fatal instante  en que mampostería, tanque, agua y vidas humanas son tragadas por el vacío del abismo!. ¡Son ocho Cabrales que sacrifican su existencia en el duro combate de ganarse decentemente el cotidiano alimento de sus familias!
Desde el máximo sitial que le otorgó la Historia, el Gran Anibal de lo Andes continúa instruyéndonos a todos, y en particular a quienes deban fallar sobre tan trágico hecho: “…era natural que este golpe inesperado y la incertidumbre los hiciera vacilar; ¡pero ya es tiempo de volver sobre vosotros mismos y observar que el Ejército de la Patria se sostiene con Gloria al frente del enemigo”
¿Seremos capaces, como comunidad que dice querer batallar contra la corrupción en todos los ámbitos, de trasladar nuestro aciago destino de Cancha Rayada a la buenaventura de Chacabuco y Maipù?
Toda derrota bien asimilada puede ser un preludio, en tono menor, de la próxima Victoria que nos salga al encuentro.

¿Seremos dignos de adelantarnos a su abrazo?